La vivienda se despliega en una sola planta sobre una superficie de 500 m2. La mesa de comedor es un diseño del estudio realizado a medida. Sillas Birdie Chair, de Blasco. El banco antiguo y los jarrones son de Berenis. A la izquierda, como aparador, una mesa de juego antigua. FOTO: BEATRIZ PERELLI

Aunque la viguería vista y el techos a dos aguas nos puedan llevar a pensar que esta casa de pueblo es fruto de una estudiada reforma, no es así: se trata de una construcción nueva, de una sola planta, en la que el estudio Las Perelli, con las hermanas Elena y Beatriz Perelli al frente, ha realizado un interiorismo que consigue un aire atemporal, un diseño pensado para durar más allá de modas y tendencias, algo que es una de las características del trabajo del estudio. El proyecto está protagonizado por materiales tradicionales y naturales, como los revestimientos de cal, la noble madera de los suelos o las alfombras artesanales de yute y lana. Para la decoración han buscado un equilibrio entre los muebles de diseño actual, muchos firmados por Las Perelli, y realizados a medida, con otros comprados en tiendas de antigüedades.

El sofá y el sillón Clichy, del fabricante Blasco, aportan un ambiente de elegante sencillez a esta zona de estar caldeada por una chimenea. El espejo se adquirió en la tienda Cae de Cajón. Las mesitas, antiguas mesas de carnicero, en Berenis.

La clave del diseño, según ellas, es que partieron del concepto “una casa en el campo, pero no de campo”. “Buscábamos una casa atemporal, tranquila y sofisticada. Hicimos un trabajo profundo de iluminación para que fuera agradable tanto de día como de noche”. Y el resultado ha sido, como ellas mismas nos dicen con satisfacción, “vivir ese momento tan emocionante en el que te das cuenta de que has conseguido el hogar que los clientes buscaban, pero no imaginaban”.